"La infamia ha tomado las calles. Cautiva y desarmada la democracia y la razón, el nacionalcatolicismo ha alcanzado sus últimos objetivos militares”. Quizá con una frase similar a esa sueñen quienes hoy sacan a la calle a sus hordas de odio, sinrazón y estupidez, quienes intentan despertar fantasmas y pesadillas del pasado. El espíritu del 18 de julio y del 23 de febrero intenta hacerse fuerte. El espíritu de 40 años de oscuridad, de banderas estridentes, de águilas de San Juan, de Falanges y patriotas. El espíritu de “Una, Grande y Libre”… de Una Mentira, Grande y Libre...