ANTE LA VICTORIA DE LA MOCIÓN DE CENSURA

Pedro Sánchez ha ganado la moción. ¿Y ahora qué?

Desde hace unos años venimos analizando que vivimos una crisis de Régimen que muestra varias facetas, entre ellas una crisis de legitimidad del bipartidismo que ha gobernado el país los últimos 40 años. Esto en ningún caso supone (actualmente) una impugnación del sistema económico, origen de los problemas que sufre el pueblo trabajador en España. Sin embargo, puede favorecer la conquista de derechos que fortalezca la situación de los y las trabajadoras, revirtiendo la dinámica precedente.

Para la Juventud Comunista es una buena noticia que el Partido Popular deje el gobierno, no solo por el alto nivel de corrupción que ha ejercido en las diferentes instituciones, sino especialmente por haber sido el mayor responsable de la situación de extrema precariedad que vive nuestro pueblo. Ambas cuestiones acompañadas de un aumento de la represión como punto más visible del deterioro de los derechos civiles básicos.

Pese a ello no podemos albergar falsas esperanzas en el PSOE o en Pedro Sánchez. Bajo el lema “somos la izquierda” han tratado de posicionarse como la opción de izquierda del Régimen. Es un hecho que todavía hay muchos trabajadores que pese a las innumerables “traiciones” llevadas a cabo por esta formación continúan defendiéndolo y viéndolo como el partido de los trabajadores. A esta imagen no solo han contribuido los medios de comunicación si no que desde las fuerzas rupturistas tenemos que hacer un ejercicio de autocrítica por haber “blanqueado” el papel del PSOE en numerosas ocasiones.

Decimos que no depositamos ninguna confianza  en el PSOE y en Pedro Sánchez porque nos guiamos por los hechos y no por las palabras. En ese sentido los gobiernos del PSOE han sido los responsables de la permanencia de España en la OTAN, de la pérdida de soberanía y la dramática desindustrialización fruto de la entrada en la Comunidad Económica Europea, por no hablar de su vinculación con el terrorismo de Estado a través de los GAL. Estas cuestiones pueden sonar lejanas para la juventud de hoy día, pero otras medidas del PSOE, como la implementación de las ETT,s la reforma laboral que allanó el camino a la reforma del PP o la prioridad del pago de la deuda frente al gasto social son en buena medida la causa de la situación de extrema precariedad laboral que vivimos la juventud. Lo mismo podemos decir respecto a la implementación por parte del PSOE de todas las medidas que han venido de Europa y que elitizan y mercantilización la educación como el Plan Bolonia.

Resulta esencial señalar que el nuevo gobierno accede al poder político sin un programa que evaluar. No solo ha señalado que mantendrá los Presupuestos Generales del PP, sino que en el debate sobre la moción de censura ha llamado a la “responsabilidad” de la izquierda. No deberían albergarse demasiadas esperanzas en que el nuevo gobierno avance en un sentido significativo en lo que respecta a la situación de la clase obrera. Aún así es obvio que el panorama político ha cambiado. La crisis institucional (con un PSOE que tendrá importantes problemas de gobernabilidad) deja todavía abierta la crisis de Régimen. Además el nuevo partido gobernante no tiene ya excusas para llevar a cabo lo antes posible todas las iniciativas parlamentarias que habían sido vetadas por PP y Ciudadanos y que revierten las principales medidas antipopulares de los últimos años (desde la Reforma Laboral hasta la ley mordaza o la LOMCE). Para ello no solo será necesario la presión en el Parlamento del grupo confederal Unidos Podemos, si no especialmente de la presión en la calle.

El movimiento feminista y los y las pensionistas nos han demostrado que es posible conseguir victorias cuando existe una reivindicación justa y movilizaciones unitarias. Desde la Juventud Comunista consideramos que continuar esa vía sigue siendo el único método útil para transformar nuestra realidad. Por eso hacemos un llamamiento a continuar las movilizaciones previstas hasta llegar a un otoño donde demostremos la fuerza imparable del pueblo. Es esencial que la juventud, la que trabaja, la que actualmente se encuentra en paro, o el estudiantado de extracción popular, se sume a estas movilizaciones, como ya hicieron cientos de miles de jóvenes mujeres fortaleciendo el movimiento feminista.

El capital trata de cerrar una Segunda Transición que le permita seguir acumulando beneficios sin que se cuestionen las estructuras de dominación. Con un PP ahogado en la corrupción la fuerza preferida por la oligarquía económica es Ciudadanos. Pero esto no implica que el PSOE no siga siendo un instrumento útil para las élites que verdaderamente rigen los destinos del país. Muestra de ello es que Pedro Sánchez gobernará con los presupuestos del PP-Ciudadanos, que mantienen los recortes y no solucionan ninguno de los graves problemas que padece actualmente el pueblo trabajador. Además no dudará en seguir los dictámenes que le imponga la Unión Europea.  Sin olvidar que este mismo PSOE ha apoyado sin miramientos la mayor represión hacia el pueblo catalán mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución y el abordaje de un problema político a través de los jueces y las porras. La España plurinacional que respete y potencie la diversidad de las naciones y los pueblos que la componen y su derecho de autodeterminación, sólo podrá tener lugar en la República que debemos construir cuando tumbemos este Régimen caduco.

Es por todo esto que la Juventud Comunista llamamos a la juventud a continuar la movilización en las calles y a construir la Unidad Popular que nos permita no solo echar al PP si no a un Régimen (cuyos máximos exponentes hoy son PP, Ciudadanos y PSOE) que gobierna para los grandes empresarios y banqueros y en contra de la gran mayoría del pueblo.

Las y los jóvenes estamos viviendo una situación dramática: casi un 50% de paro juvenil (el segundo más alto de la UE), precariedad absoluta para quien tiene un trabajo, cientos de miles de jóvenes que han tenido que emigrar, imposibilidad de acceder a un alquiler asequible, expulsión de miles de estudiantes de la Universidad, y en definitiva la imposibilidad de llevar a cabo un proyecto de vida. Las falsas esperanzas del PSOE no solucionarán ni uno de estos problemas. Únicamente una juventud movilizada y organizada, junto con el movimiento feminista, los y las pensionistas, y especialmente el movimiento obrero (que tiene mucho que decir en este momento), podrán garantizarnos nuestros derechos y la conquista de una vida digna.

Adiós al PP. Despidámonos también del Régimen del 78.

¡La juventud a la conquista de una vida digna!