Personas refugiadas, ¡Bienvenidas!
Personas refugiadas, ¡Bienvenidas!
Solidaridad de clase contra el imperialismo que solo genera destrucción y muerte.
Durante las últimas semanas ha vuelto a ser noticia el éxodo masivo de seres humanos desde sus países de origen hacia los estados de la Unión Europea. Los medios de comunicación de masas han reflejado nuevamente dichas noticias con gran sensacionalismo, centrándose en mostrar imágenes dramáticas, totalmente desligadas de su contexto y lejos de dar una visión real de las causas de dichos fenómenos migratorios masivos, más allá del señalamiento oportunista de “las mafias de la emigración” como los responsables de la grave crisis humanitaria que se está dando en el mediterráneo.
Queremos dejar claro que los cientos de personas sirias, libias, yemenitas, egipcias, las personas provenientes de distintos países subsaharianos que protagonizan el drama migratorio actual, tienen algo en común con los cientos de miles de personas provenientes de los Balcanes en los 90, con los cientos de miles de latinoamericanos de los años 80 (y aun hoy), con los cientos de miles de republicanos españoles en los 30, son refugiadas y refugiados, personas obligadas a abandonar sus países de origen por culpa de la destrucción, la persecución y la represión organizada por el imperialismo y sus gestores.
La necesidad de rapiña de mercados y recursos naturales, así como maximización constante de la explotación y los beneficios, rasgo principal del capitalismo en su fase imperialista, es la que le impulsa a lanzar guerras por todo el planeta, sea de manera directa o sea vía aliados regionales. Ha sido el eje EEUU-Unión Europea el que ha impulsado, junto con sus aliados regionales, todas y cada una de las guerras que asola el medio oriente en los últimos años, a través de organizaciones como el Estado Islámico, entre otras, a las que ha entrenado, financiado y apoyado logísticamente para que sirvan a su propósito de destruir y dividir su región, a fin facilitar el pleno dominio y acceso a los recursos naturales.
Es en este marco en el que debemos enmarcar el drama humanitario de estos días y señalar claramente quienes son los responsables.
Por otro lado, el incremento de políticas restrictivas a los derechos de los inmigrantes y refugiados enmarcados en la estrategia de la “Europa Fortaleza” junto a mecanismos como el FRONTEX y las distintas reformas de extranjería y asilo llevadas a cabo por los estados miembro a la hora de buscar la creación de un sector de la clase obrera mucho más vulnerable y sin ningún tipo de derecho, no han hecho sino incrementar el problema.
La lectura hipócrita por parte del gobierno español y otros gobiernos europeos, centrando el problema en las “mafias de la inmigración”, falsea el debate sobre los hechos, convirtiendo un problema humanitario en un problema de orden público, sobre todo teniendo en cuenta que el derecho de asilo y refugio es parte del derecho internacional humanitario, que toma forma de tratados internacionales de los cuales España y el resto de países de la UE son firmantes, una muestra más de los dobles estándares en la aplicación del derecho internacional por parte del imperialismo. Por el contrario, tanto España como el resto de estados, han limitado drásticamente el derecho de asilo en puntos clave como el derecho a pedir asilo en embajadas españolas en terceros países, obligando en la práctica a cualquier solicitante a ponerse en disposición de dichas “mafias”, arriesgando gravemente sus vidas y las de sus familias.
Al final del tortuoso camino por tierra o mar, en el cual muchos pierden la vida, se encuentran leyes racistas, expulsiones a sus países de origen (o a terceros países, cosa totalmente ilegal, pero que es habitual en la práctica), centros de internamiento, represión en las fronteras, y más recientemente un muro con alambre de espino en la frontera este, que se suma al tristemente conocido muro de Ceuta y Melilla.
Por todo esto, entendemos que el problema de fondo que ocasiona los flujos migratorios y de refugiados es la pobreza, la falta de expectativas vitales y en los casos más graves, la guerra y la destrucción, todas provocadas por el capitalismo y el imperialismo, y que una solución real y duradera solo vendrá con el fin de la injerencia y las intervenciones militares de los distintos poderes imperialistas, y en última instancia con la derrota de los mismos.
Exigimos se tomen las medidas necesarias para garantizar el derecho de protección internacional de las personas refugiadas y la aplicación de un plan urgente de acogida a las y los refugiados que ponga una solución inmediata al drama actual.
Exigimos el fin de las políticas restrictivas con las personas migrantes consagradas en la estrategia de la Europa Fortaleza.
Personas refugiadas, ¡Bienvenidas!