SI NOSOTRAS PARAMOS, EL SISTEMA SE DESPLOMA

 

8 de marzo: Si nosotras paramos, el sistema se desploma.

Hoy es 8 de marzo y desde la Unión de Juventudes Comunistas denunciamos la desigualdad que sufrimos las mujeres trabajadoras. Desigualdad que no deja de crecer y se recrudece con la crisis sin que se tomen las medidas políticas necesarias. Este no es un día para homenajear a las mujeres porque podamos trabajar, es un día de denuncia de la desigualdad y la violencia que conlleva, y de homenaje a la lucha diaria que todas las mujeres llevamos a cabo en nuestros centros de trabajo y de estudios; a la lucha que también llevamos a diario en nuestras casas para que no se normalice la opresión y se condicione el modo de vivir. A la batalla diaria que supone ser mujeres en un sistema que nos agrede.

Hoy, 8 de marzo, nosotras paramos, y lo hacemos como una medida política, porque sabemos que sin nosotras, todo se para, el sistema se desploma. Nos sumamos así la convocatoria de Paro Internacional de Mujeres, convocatoria que nace de un movimiento de base formado por mujeres de diversas partes del mundo, que se organiza en respuesta a la violencia social, legal, política, moral y verbal que experimentan las mujeres, para lo cual planea paros generales y protestas para el 8 de marzo de 2017, bajo un lema en común: “la solidaridad es nuestra arma”, y que han secundado más de una treintena de países.

Paramos para visibilizar esa mano invisible que es la nuestra,  la que trabaja 88 días más que los hombres para cobrar lo mismo; la que ocupa los puestos de trabajo llamados “feminizados” y que, por seguir considerándose una extensión del trabajo de cuidados, son los peores pagados, los que peores condiciones laborales mantienen, y los que, en gran medida, mantienen los pilares de una economía sumergida que nos ahoga; la mano invisible que realiza todo el trabajo en los hogares sin que este sea valorado de manera alguna; la que cuida, en el sentido más amplio de la palabra, la vida para que sea posible salir adelante. La mano invisible que este 8 de marzo se entrelaza a nivel internacional para denunciar que no aguantamos más y que vamos a luchar por nuestra vidas, por las que estamos y las que no volverán porque las asesinaron, por las que resistimos y por las que vendrán.

Siendo conscientes de esta realidad, día a día plantamos cara a quienes, conociendo la desigualdad existente y teniendo posibilidad de acabar con ella, priorizan siempre otras cuestiones a la vida y la dignidad de las mujeres. Y es que a golpe de precariedad y desempleo se nos recuerda una idea: el patriarcado nos somete por ser mujeres al trabajo reproductivo y a los cuidados, que nos alejan de la igualdad también en el ámbito laboral. Así, el capitalismo necesita esta desigualdad que nos excluye del mercado cuando no necesita más mano de obra remunerada.

Ante esto, nos ponemos en pie de guerra, y lo hacemos al rededor del mundo, sabiendo que  necesitamos un movimiento feminista amplio, diverso y permanentemente en lucha, y que hoy deja bien claro que tiene que combatir desde la unidad y el apoyo mutuo. Este 8 de marzo es un día de combate feminista como los demás, en el que tenemos la tarea de sumar esfuerzos para hacer temblar los cimientos del patriarcado hasta que caigan.

Si nosotras paramos, el sistema se desploma ¡Este 8 de marzo paramos!