Stop violencia machista

Una visión sobre la crisis y la ley contra la violencia machista

por Maite Mola

 "La violencia de género sigue campando a sus anchas a través de múltiples manifestaciones: violaciones, agresiones sexuales y acosos laborales, en el sexismo publicitario en la trata de mujeres y niñas, en la prostitución, en la mutilación genital, en la feminización de la pobreza, en la marginación de la política, en la invisibilidad de nuestras aportaciones, en la eliminación de nuestra Historia."

25 de noviembre Diario de Noticias

 

 

Sobre las mujeres y los hombres trabajadores, recae el coste de la crisis global, financiera, alimentaria, energética, medioambiental y política, de la que no somos culpables. Que la crisis es real, lo prueba que España iniciará el nuevo año con tres millones de personas desempleadas. Y, aunque en relación con el mes de septiembre del año anterior, el paro masculino se ha incrementado casi el 55%, mientras que el femenino sólo lo ha hecho en algo más del 14%, -tal vez porque los salarios de las mujeres siguen siendo escandalosamente inferiores a los de los hombres- hay casi 188.000 mujeres desempleadas más que hombres.

La presencia de las mujeres en el mercado laboral está diez puntos por debajo de la media europea. El desempleo entre la población extranjera residente en España ha crecido un 74,2% en sólo un año, contrarrestado por el gobierno con su insolidario "plan de retorno voluntario" y, aunque el proceso de feminización de la inmigración parece haberse estancado, la gran demanda de empleo doméstico y atención familiar mantiene elevada la presencia de mujeres en el flujo migratorio actual.

Quienes nos mal dirigen, han decidido por toda respuesta, socializar el dinero público, el dinero que proviene de nuestro trabajo, con los más ricos. Sin embargo, ese dinero sale injustamente de la destrucción del empleo; del abaratamiento de los salarios; de la subida de los impuestos; de la privatización y la falta de inversión en gastos sociales esenciales: sanidad, educación, de las pensiones de miseria, en especial aquellas que cobramos las mujeres. Endeudarse para poner tantísimo dinero a disposición de los ricos en tiempos de vacas flacas: ¡sí! Endeudarse para acabar con la miseria en el mundo: ¡utopía!

El sostenido y elevado aumento de los precios de los alimentos, está golpeando con más dureza a las mujeres y a los/as niños/as fundamentalmente de los países empobrecidos. Las mujeres pobres se ven empujadas a buscar empleos adicionales en el sector informal, lo que implica menos recursos por muchas horas de trabajo, además, pueden verse forzadas a ejercer la prostitución para atender sus necesidades básicas, en la medida en que la comida resulta menos accesible para sus familias.

Hoy, algunas administraciones públicas y los poderes fácticos, confunden intencionadamente ocio con explotación y violencia contra las mujeres, y revisten como "industria del sexo", un imperio económico globalizado del que se benefician los países más ricos, en cuyas alcantarillas se esconde el drama de millones de mujeres, que "libremente" eligen ser explotadas.

El nuevo "Plan Integral contra la Trata con Fines Sexuales" del gobierno socialista, desatendiendo la recomendación del "Informe de la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer", aborda únicamente el problema de la trata. No puede ocurrir como con la ley de Violencia de género, deberían ser más valientes:

El pasado 29 de junio de 2008, se han cumplido tres años desde la entrada en vigor en su totalidad de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, ley que sigue sin encarar los aspectos estructurales de la violencia sexista y con la ausencia de medidas efectivas de detección precoz, prevención y protección, y sin dar prioridad a las políticas sociales preventivas y las acciones educativas. Para su aplicación, tampoco se han dispuesto recursos suficientes.

La violencia de género sigue campando a sus anchas a través de múltiples manifestaciones: violaciones, agresiones sexuales y acosos laborales, en el sexismo publicitario en la trata de mujeres y niñas, en la prostitución, en la mutilación genital, en la feminización de la pobreza, en la marginación de la política, en la invisibilidad de nuestras aportaciones, en la eliminación de nuestra Historia.

La actual ley integral, por sí sola no es la solución por mucho que ésta haya supuesto un endurecimiento de las penas y haya generado conciencia social contra la violencia sexista, ya que en modo alguno ha devenido disuasoria para los maltratadores.

Es necesario modificar la Ley Integral para redoblar esfuerzos y exigir por parte de todas las instituciones el desarrollo de medidas que sean auténticamente integrales y transversales, y que impliquen a todos los estamentos sociales y políticos, abordando en su integridad la violencia género, sin que se limiten a la llamada violencia doméstica, y dotar de recursos materiales, humanos y económicos suficientes.

Tenemos que construir un Pacto de Estado contra la Violencia de Género y es urgente crear una verdadera coordinación política y administrativa entre las Administraciones Públicas, para atajar esta lacra social. Es necesario, la implicación de todos los poderes públicos en dar las respuestas que la sociedad está reclamando, y conseguir en un futuro que nuestros municipios, comunidades autónomas y nuestro propio Estado, estén exentos de Violencia de Género.

Este 25 de noviembre de 2008, día Internacional contra la Violencia de Género, sería una buena oportunidad de adoptar el compromiso, al menos a nivel de Navarra. Esa sí sería una buena noticia para nuestra comunidad en un día tan señalado.

*  responsable provincial del pce-epk navarra y Secretaria de Mujer del PCE