Komunista ta kitto
67º Aniversario del Fusilamiento de Jesús Larrñaga, uno de los fundadores del PCE-EPK
Jesús Larrañaga, Comunista y punto
PCE-EPK NAVARRA
Un incansable luchador, patriota como ninguno, internacionalista como nadie, un revolucionario. Así eran los comunistas vascos que fundaron nuestro Partido en los años 30. Por ello el PCE-EPK mantiene invariablemente, desde su fundación en junio de 1935, su carácter nacional (no nacionalista) y de clase. Por eso hoy todavía, su ámbito de actuación sobrepasa el marco jurídico y se extiende a la CAV y Navarra. Igualmente ocurre con las Juventudes Comunistas - Gazte Komunistak d. Organizaciones ambas en cuyo origen se encuentran hombres como Larrañaga.
Se cumplieron 67 años del fusilamiento de este camarada, miembro fundador del PCE-EPK
Si las primeras agrupaciones comunistas surgen en Euskadi ya en los años 20, de la mano de gente como Facundo Perezagua, que abandonaba el PSOE a raíz de la Revolución de Octubre, y viene funcionando la Federación Vasco-Navarra del PCE, no es hasta 1935 que se funda el PCE-EPK, como partido comunista nacional y de clase. En esta fundación juegan un papel fundamental personajes como Dolores Ibarruri (’Pasionaria’) o Juan Astigarrabia (’Asti’). Y entre ellos, el camarada Jesús Larrañaga (’Goierri’). Es el Partido Comunista de Euskadi el primero que, desde su posición revolucionaria, plantea el derecho de autodeterminación para Euskadi. Y será el Partido Comunista de Euskadi el único que nunca cese de luchar por la libertad y el socialismo en Euskadi, en la República, la Guerra y la clandestinidad. La clase obrera vasca demuestra, a través de su Partido, el PCE-EPK, que es la única clase verdaderamente nacional, cuyos intereses coinciden con los generales de Euskadi, mientras otros partidos traicionan a cada paso a esa patria de la que tanto se les llena la boca.
Pero no podemos pasar por alto, con ocasión del 67 aniversario del fusilamiento del camarada Jesús Larrañaga en 1942, una ‘idea’ que se ha deslizado y ha podido incluso abrirse paso entre ciertos individuos que se hacen pasar por comunistas. Esta ‘idea’ de la que hablamos consiste en que, por lo visto, Larrañaga llegó a hacerse comunista justamente por haber sido antes nacionalista. De lo cual se deduce que era un ‘comunista y abertzale’, como ha escrito cierto autor. De hecho, según ese autor, resulta que el nacionalismo lleva, casi por fuerza, en un camino quizá no recto, pero sí continuo, al comunismo.
El interés que para algunos puede tener esta ‘idea’ salta a la vista. En efecto, el camarada Jesús Larrañaga fue nacionalista, perteneció a EGI, las juventudes del PNV. Era euskaldun y fue religioso. Pero, trabajando en la CAF de Beasain, su pueblo, se deshizo de esas supersticiones que aparecen ligadas a los vascos como la hierba a la tierra. Dejó la religión y abandonó las juventudes nacionalistas, que, si eran ‘de la tierra’, lo eran sólo de una manera peculiar. Descubrió que es la división en clases la que recorre transversalmente a la ‘patria’. En suma, rompió con su pasado. Así ha ocurrido otras veces con muchos hombres y mujeres en la Historia. Dolores Ibarruri también fue beata en su juventud. Los socialistas que fundaron el PCE rompieron con su anterior partido, el PSOE. José Díaz, el Secretario General del PCE durante la guerra, había pertenecido a la CNT en Sevilla. Hubo jóvenes falangistas que pasaron al comunismo para no irse más. Y al revés también ha ocurrido, como todos sabemos. Y por otra parte, los camaradas del PCE-EPK siempre fueron celosos y disciplinados comunistas, sometidos al Comité Central del PCE.
Se suele mencionar desde posiciones nacionalistas, la famosa respuesta de Jesús Larrañaga a Calvo-Sotelo (que prefería una ‘España roja antes que una España rota’) en el Parlamento español: que una España roja sería precisamente una España rota, una unión de repúblicas como la URSS. Y de esto se deduce que una España rota debe ser sin duda una España roja. Con lo cual, basta dedicarse a la España rota, para que lo otro llegue por añadidura. Como vemos, el sentido de la frase de Goierri es contrario a esta deducción falsa, útil sólo para los nacionalistas. Fue un vasco pero también español, internacionalista, conocedor del marxismo-leninismo, amante de las clases oprimidas y los pueblos del mundo, y por supuesto, también del suyo, el vasco, por el que dio la vida.
Diputado por el Frente Popular gipuzkoano en febrero de 1936, en julio de ese año fue Comisario de Guerra del Comité de Defensa de Gipuzkoa. Luchó en Gipuzkoa, Bizkaia, Cantabria y Asturias, hasta terminar la guerra en el Frente Norte de España.
Tras una resistencia heroica consigue llegar a la isla francesa de Yeu en un barco que logra coger con otros, en Gijón, para volver de nuevo a España, hasta el fin completo de la guerra. El 21 de enero de 1942, Goierri fue fusilado junto con otros cinco resistentes en el madrileño cementerio de La Almudena.
Un incansable luchador, patriota como ninguno, internacionalista como nadie, un revolucionario. Así eran los comunistas vascos que fundaron nuestro Partido en los años 30. Por ello el PCE-EPK mantiene invariablemente, desde su fundación en junio de 1935, su carácter nacional (no nacionalista) y de clase. Por eso hoy todavía, su ámbito de actuación sobrepasa el marco jurídico y se extiende a la CAV y Navarra. Igualmente ocurre con las Juventudes Comunistas - Gazte Komunistak d. Organizaciones ambas en cuyo origen se encuentran hombres como Larrañaga.