Valoración de la cumbre y los acuerdos de Cancún por parte del Grupo de Ecología del PCE

Desde la Secretaria PrEvo Morales en la cumbre sobre Cambio Climático, en Cancún, México. Foto de Felix Albisuogramática del Partido Comunista de España queremos trasladar nuestra terrible decepción con lo ocurrido en la recientemente celebrada Cumbre COP16 de Cancún y el rechazo a "Los Acuerdos de Cancún".

Después de un año desde la malograda Cumbre COP15 de Copenhague, en la que no se consiguió ningún acuerdo vinculante capaz de sustituir eficazmente al protocolo de Kioto, en Cancún ha vuelto a ocurrir algo similar: Todos los gobiernos del planeta, salvo el de Evo Morales, consensúan un modesto principio de acuerdo para luchar contra el cambio climático. Como critica Bolivia, los Acuerdos de Cancún son una versión pulida del de Copenhague. Se ha aprobado un documento por el que confirma la puesta en marcha de un fondo que llegará a 100.000 millones de dólares anuales en 2020 para combatir los efectos del calentamiento global en los países pobres, pero del que no se ha concretado ni la procedencia ni el reparto de dicho fondo. Los dos principales emisores del mundo, EEUU y China, se comprometen a reducir sus emisiones de CO2 ante la ONU, pero de momento ha quedado como un deseo, sin un plan definido que lo sustente. Asimismo, el documento ancla por primera vez en la ONU el objetivo de evitar una subida de más de 2ºC de la temperatura media del planeta hacia 2100, sin aportar detalles de cómo lograrlo y desoyendo los consejos de la comunidad científica, mucho más ambiciosa en sus propuestas. Tampoco del futuro del Protocolo de Kioto se sabrá nada hasta 2011, congelando la decisión sobre su prórroga más allá de 2012 y obligando a los 194 países a decidir en próxima cumbre, que tendrá lugar en Durban (Suráfrica) en diciembre de 2011, si el tratado se renueva o se sustituye por otro más flexible que permita la entrada a EEUU, China y otros en un acuerdo global.

Por otra parte, el texto incluye la creación de mecanismos de flexibilización y compensación para que los países puedan cumplir con sus compromisos de reducción, esto no es más que la creación de nuevos mecanismos de mercado. Las falsas y peligrosas soluciones que el sistema capitalista neoliberal implementa como la iniciativa REDD+ (Reducción de emisiones por deforestación y degradación); el MDL (Mecanismo de Desarrollo Limpio), la geoingeniería, representan comercialización de los bienes naturales, compra de permisos para contaminar o créditos de carbono, con la promesa de no talar bosques y plantaciones en el Sur. Aunque no se hizo explícito, países como EE.UU. expresaron el interés de que el Banco Mundial coordine ese fondo. El mismo Banco Mundial que ha promovido proyectos extractivos y contaminantes, ha generado el endeudamiento de los países del Sur y ha fomentado el modelo neoliberal en todo el mundo, ahora aparece como el encargado de buscar soluciones reales al cambio climático. No se hace mención a los derechos de la naturaleza ni a un tribunal vinculante de justicia climática. No existe ningún mecanismo para juzgar a los culpables del cambio climático y de las falsas soluciones, por el contrario, ahora tienen un marco jurídico para mantener su nivel de emisiones y reproducir los esquemas financieros de mercados de carbono.

Los actuales modelos de consumo producción y comercio han causado una destrucción medio ambiental. Así que nuestra posición en este caso, como en tantos otros, es que necesitamos un cambio de paradigma de desarrollo y economía.

Asimismo, no estamos de acuerdo con la simple idea de “mitigar” o “adaptarnos” al cambio climático. Se necesita justicia social, ecológica y climática, por lo que exigimos, sumándonos a otros grupos internacionales críticos con este sistema, retomar los principios de los acuerdos de Cochabamba del 22 de abril del 2010 como un proceso que realmente nos lleve a la reducción real de la emisión de gases de carbono con efectos invernaderos y para lograr la justicia social y ambiental.