La apertura en festivos del comercio en Bilbao: Una muerte lenta para el pequeño comercio
Hace poco más de año y medio, Gazte Komunistak ya manifestaba su desacuerdo con la apertura del centro comercial OPENCOR en Bilbao, que pretendía abrir 18 horas diarias durante los 365 días del año y que fue autorizada por la Corporación municipal.
Decíamos entonces, que con la apertura del citado centro, se establecía un precedente importante, que suponía la apertura prácticamente todo el día, todos los días del año, de un potente centro comercial que traería una serie de consecuencias importantes.
Desde Gazte Komunistak, considerábamos que esta apertura era innecesaria desde el punto de vista de la oferta comercial que ofrecen en la actualidad los comercios de la ciudad, además de no ajustarse a la legislación actual que regula la actividad comercial en Euskadi.
Nuevamente, como ya ocurrió con otras grandes superficies, se quería avalar su apertura bajo el argumento de la creación de nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, esos puestos de trabajo tenían y tienen como principal característica la temporalidad y la precariedad, al obligar a los trabajadores y a las trabajadoras a hacer largas jornadas rotatorias con bajos salarios, perjudicando seriamente al resto de comercios de la Villa (mayoritariamente de autónomos y empresas familiares).
Entonces considerábamos que la apertura de este centro, con estos horarios “extremos”, tampoco ayudaba a la conciliación de la vida laboral y familiar y no beneficia a los usuarios y usuarias de estos servicios, puesto que supedita el ocio individual y colectivo, al consumismo intensivo e ininterrumpido. Entendíamos y entendemos que desde las instituciones se debe propiciar un modelo de ciudad más amable para la ciudadanía y con unos servicios de calidad y sostenibles, y no para que las grandes empresas, sigan enriqueciéndose mientras que los comercios de Bilbao bajan la persiana.
Gazte Komunistak, además, ya se posicionó en contra del Decreto del Gobierno Vasco, aprobado en el año 2008, por el que se permitía la apertura comercial de hasta 8 días en domingos y festivos y que fue rechazado por todas las centrales sindicales vascas y por masivas manifestaciones de los trabajadores y las trabajadoras del sector del comercio.
Sin embargo, en los últimos días y coincidiendo con las fiestas de Navidad, varios comercios de la Villa han decidido abrir sus puertas en domingo, tras la autorización por parte del ayuntamiento para abrir 4 domingos al año.
Una serie de aperturas en festivo que sigue con la línea ascendente establecida por Azkuna, de apertura de comercios prácticamente las 24 horas del día, apertura 4 festivos al año, para posteriormente, tal y como ha pasado en la Comunidad de Madrid, pasar a abrir los 365 días al año, prácticamente las 24 horas del día.
Como manifestamos con la apertura de OPENCOR, desde Gazte Komunistak queremos denunciar que este tipo de permisos, y que la liberalización absoluta de los horarios solo va en contra de los pequeños comercios, los negocios familiares y de barrio, socavando además los derechos laborales de las trabajadoras y trabajadores y perpetuando un modelo de consumo de lejanía, basado en el mercado controlado por un puñado de grandes empresas y multinacionales de distintos sectores.
Por todo ello, desde Gazte Komunistak rechazamos, cualquier apertura de grandes superficies con estas características y la apertura de los comercios los días festivos, apostando por la movilización como la mejor defensa de las mejores condiciones laborales para los trabajadores y las trabajadoras del sector. Creemos firmemente en la necesidad de la defensa y la supervivencia del pequeño comercio y el derecho al descanso, considerando además, que mantener los días festivos para todos y todas, garantiza las condiciones mínimas para el desarrollo de una cultura encaminada a un consumo responsable desligado de los tiempos y espacios de ocio.
Finalmente, Gazte Komunistak quiere mostrar su profundo desacuerdo con las recientes declaraciones de Iñaki Azkuna, Alcalde de Bilbao, en las que critica y criminaliza a las centrales sindicales por su oposición a la apertura de los festivos, considerando que sus declaraciones han estado fuera de lugar y su actitud, se asemeja más a la de un cacique que a la de un alcalde de un país democrático.