Reforma laboral: Más de lo mismo
El Consejo de Ministros reveló finalmente tras una semana ajetreada en declaraciones contradictorias, diremes y diretes la reforma laboral planteada por el Gobierno neoliberal del PP que avanza en el mismo sentido que las ultimas reformas planteadas por el PSOE: Abaratamiento del despido, precarización, y ahondar en las diferencias para que la clase obrera sea más pobre y la burguesía sea más rica.
Con la presente reforma laboral, se pretende generar empleo a costa de reducir los salarios y los derechos laborales. Se trata de una guerra sin cuartel contra el desempleo, con la evidente trampa de que pretenden hacer trabajar al conjunto de la clase obrera a cambio de salario de hambre y con despidos de miseria. No sirve con acabar con el desempleo a costa de crear empleos donde no se cobra lo suficiente o directamente no se cobra, ya que de esa manera solo bajan las estadísticas, pero no se cambia la realidad.
Peores condiciones laborales y más precariedad
Haciendo un análisis detallado de las primeras pinceladas de la reforma laboral, podemos llegar a la conclusión de que el objetivo real de la reforma no supone la creación de empleo mediante una política de inversión del sector publico y de recuperación de los sectores productivos frente a los especulativos- acción que realizaría cualquier capitalista en su sano juicio- sino que abarata aun más las condiciones de trabajo, el despido, y aumenta la presión sobre el conjunto de la clase trabajadora hasta condiciones dignas de las primeras décadas del siglo pasado:
Un abaratamiento del despido.
Los trabajadores que logren un nuevo empleo, firmarán un contrato con una indemnización máxima por despido de 33 días por año trabajado, con un tope de compensación de 24 mensualidades. Antes esa indemnización máxima era de 45 días y con el tope de 42 mensualidades. Se abarata a la mitad el despido, cuando era ya uno de los despidos más baratos de Europa.
Los trabajadores que ya tuvieran un contrato no se escapan de la reforma referente a los días de indemnización por despido. Si su contrato anterior recogía una indemnización máxima de 45 días por año trabajado, esa será su compensación, pero contando solo hasta la fecha de aprobación de la reforma. A partir de ahora, los años que siga trabajando para su empresa le acumularán indemnización de 33 días.
Una flexibilización de los ERE: Más fáciles y más rentables para la patronal
A partir de ahora, las empresas que quieran realizar un ERE, y por tanto acogerse a pagar la indemnización mínima (20 días por año trabajado con un máximo de un año) no necesitarán el visto bueno de la Autoridad Laboral. Hasta ahora, la mayoría de compañías que querían aplicar un ERE pactaban con el comité de empresa las compensaciones, ya que de este modo, la autoridad laboral no se oponía si no existían irregularidades legales. Ahora, sin embargo, la empresa solicitará el ERE alegando una de las causas establecidas para lograrlo. Si existe conflicto con los trabajadores, solo un juez podrá parar el expediente.
Las causas que una empresa puede alegar para presentar un ERE se amplían
Por tanto, se amplían los casos en los que la empresa pagará la indemnización por despido procedente, la más baja (20 días por año trabajado y un tope de 12 mensualidades). Según ha explicado la ministra de Empleo, las empresas podrán hacer despidos colectivos no solo si ya están en pérdidas. También si tienen "pérdidas actuales o previstas" o una "disminución de ventas durante tres trimestres consecutivos".
La empresa podrá realizar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que suponga la reducción de la jornada laboral sin acudir a la Autoridad Laboral, como venía siendo necesario hasta ahora. Aparte de todo lo que se negocie a un nivel superior, el empresario y los representantes de los trabajadores pueden consensuar un convenio propio que se adapte a sus peculiaridades.
Desempleadas/os sin derechos: Mano de obra esclava para el sistema
La nueva normativa prevé que los parados que formen parte de las listas de los Servicios de Empleo y estén cobrando las prestaciones puedan "realizar servicios de interés general en beneficio de la comunidad a través de convenios con las Administraciones Públicas". Gracias a este resquicio legal, personajes como la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, quieren y podrán tirar de personas desempleadas para que trabajen en bibliotecas u otros servicios públicos
Además, el Gobierno pretende controlar las bajas injustificadas y las incapacidades temporales a través de las mutuas de trabajo, es decir, de entes privados y no a través de organismos públicos y transparentes.
Hay alternativa
Frente a las consecutivas agresiones que el capital ejerce sobre el conjunto de la clase obrera, y ante la negligente gestión del sistema que ha hecho la socialdemocracia tradicional, desde los postulados del marxismo hemos esgrimido y seguimos esgrimiendo que existe una alternativa tangible a esta crisis que pasa irremediablemente por hacer pagar la crisis a quienes la han creado- el capital financiero y las burguesías nacionales- y avanzar en una política económica encaminada a la recuperación del sector publico y el control democrático de la economía por parte de los poderes públicos y el conjunto de la clase obrera.
Para ello, es necesario plantear una política de mejora de las condiciones salariales y laborales de las personas, planteando así, entre otras propuestas, una subida del SMI, una reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, la apuesta por los contratos relevo, de forma que se generen puestos de trabajo para reducir el desempleo y aumentar la capacidad de consumo de las personas, que hará tirar de la economía real al haber un aumento de la demanda, que a su vez aumentará la oferta, la producción, y por ende el empleo.
Paralelamente, es necesaria la puesta en marcha de un verdadero combate contra el fraude fiscal y una reforma fiscal en profundidad que acabe con los capitales especulativos y establezca una verdadera redistribución de la riqueza, permitiendo así que el estado esté en condiciones de poder afrontar un fortalecimiento de los servicios públicos e intervenga realmente en la planificación de la economía. Junto con esto, se presenta imprescindible el realizar una transformación real del estado, para combatir su opacidad y superar los actuales modelos de participación democrática limitados a la emisión del voto cada 4 años.
Finalmente, y como hemos manifestado siempre, la crisis económica actual no es fruto del azar, sino que se trata de un fenómeno cíclico intrínseco al sistema capitalista que se puede capear con más o menos fortuna, haciendo pagar más o menos a la burguesía o las capas populares, pero que en cualquier caso se repetirá en un futuro no muy lejano. Sólo mediante la superación del sistema capitalista y la construcción de un sistema alternativo, como lo es el socialismo, podremos terminar de una vez por todas con la lacra del desempleo, la crisis, y la explotación del ser humano por el ser humano.
Por todo ello, con la aprobación por decreto de la reforma laboral sólo se da el pistoletazo de salida a un invierno que se calienta. El conjunto de la clase trabajadora debemos movilizarnos para proferir un NO rotundo a los recortes y anteponer los intereses de la clase asalariada a la de la burguesía y las grandes corporaciones multinacionales. Es tiempo de lucha, es tiempo de cambio. Las calles son nuestras, y tenemos un presente y un futuro por ganar.
¡NO A LA REFORMA LABORAL!