ESTE VERANO TAMPOCO PODEMOS EMANCIPARNOS
¡Este verano tampoco podemos emanciparnos!
Hace unos años comenzamos a ver cómo, de manera desmesurada, la especulación inmobiliaria promovida por constructoras, bancos, cajas e instituciones públicas, dejaba a nuestras familias sin hogar. Hoy, el falsamente proclamado “derecho a la vivienda” ,vuelve a hacer aguas sobre la clase trabajadora.
Recientemente estamos viendo cómo en los grandes núcleos poblacionales y turísticos se incrementan los alquileres de manera desmesurada. La gran demanda de suelo en estas zonas es aprovechada por empresas, que actúan como intermediarias, para elevar enormemente los alquileres y pedir requisitos abusivos (tales como fianzas incondicionales, contratos personales o información muy personal).
Además, a ello se suma el proceso de gentrificación abanderado por las instituciones públicas, que invierten grandes partidas presupuestarias para transformar espacios públicos céntricos, de modo que se revaloricen, se eleven los alquileres, y no puedan ser asumidos por las obreras. Una visión que nos recuerda antaño, cuando se construían barrios obreros insalubres en el extrarradio de las ciudades industriales.
Esta situación es especialmente gravosa para la juventud obrera de los municipios que sufren estas circunstancias. A la precariedad de nuestras extremas condiciones laborales, se suma la imposibilidad de desarrollar un proyecto de vida en el lugar donde nos sentimos arraigadas. Nos impiden el acceso a alquileres en los lugares en los que tenemos nuestra familia, trabajo o entorno.
Este verano tampoco nos emancipamos, pues entre las condiciones señaladas, cabe resaltar los desmesurados alquileres de aquellos municipios con posibilidades turísticas. Se configura un modelo de ciudad y de comercio pensado en el turista adinerado y no en el pueblo trabajador. Relegando a las jóvenes obreras a eliminar de nuestros pensamientos cualquier posibilidad de emancipación, por precaria que sea. Este verano tampoco nos emancipamos, pues nos relegan únicamente a ser la mano de obra precaria y temporal que los negocios del turismo necesitan. Somos potencia del turismo en Europa, pero también en precariedad juvenil, alimentando un modelo de desarrollo económico en el que somos esclavas.
Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España queremos señalar esta situación, y animar a enfrentarla desde espacios sociales que ya están surgiendo en muchas ciudades del Estado Español.
¡Alquiler social ya!